sábado, 20 de abril de 2013

El Vidente Moribuno, Parte V y Final



Día 8, ¿Alguien se ha dejado algo en el fuego?
¿Qué mejor manera de empezar un día después de tener que dormir en la oficina, con el miedo de sufrir represalias que recibir una visita de tu ex mujer?




 Pues así amanece para el agente Mathias cuando su ex esposa y hermanastra de Siobei se deja caer por el cuartel para “ver como esta su querida hermana” y de paso denunciar un persistente olor a grasa requemada que le molesta en el vecindario. Uniendo cabos y teniendo en cuenta que el “agente” Porter parece emitir este olor el E3 decide darse un paseo por el barrio.  Pero antes los agentes tienen que sufrir las iras del inspector Delft cuando descubre que pudieron capturar a Galerna y no lo hicieron, a partir de ahora y riesgo de jugarse sus puestos, dicho incidente es como si no hubiese ocurrido JAMAS.

El Golem de Aceite Brujo
El rastro conduce rápidamente a un almacén en el que un grupo de técnicos parecen estar recogiendo uno laboratorio escoltados por un golem mientras depositan cajas en un oxidado círculo de hierro en el cual se desmaterializan en unos instantes.  Los agentes preparan y ejecutan una emboscada en la que el golem es el principal peligro pero se percatan de que los técnicos están quemando pruebas. Por suerte, logran evitar la destrucción de parte de los documentos y acabar con la máquina de guerra propulsada por enormes cantidades de aceite brujo. En la documentación aparecen instrucciones referentes a la alteración de jaguares con un motor de aceite de almas y están firmados con una letra, “R.” Los técnicos por su parte,  se desvanecen al cabo de unos minutos evitando su interrogatorio mientras informan a los agentes de que toda su actuación es un grave error y que no saben lo que están haciendo. 


Sin tiempo para analizar en profundidad la documentación o donde han ido a parar los técnicos, el inspector Delft destina al RH3 a cubrir el acto de Nevard Sechim en Dawn Square. En una plaza abarrotada el equipo se despliega alrededor del escenario donde el viejo vidente comienza a hablar. En ese momento unos jaguares cubiertos de aceite negro surgen de unos círculos de hierro oxidado desplegados por unos esqueletos disfrazados de druidas desatando el caos. A duras penas y con casi todos sus compañeros abatidos, el agente Clint logra acabar con el último de los jaguares, a pesar de lo cual malherido y enfermo Nevard muere no si antes comunicar sus visiones, tanto las mas claras como las mas confusas… el futuro se muestra mas incierto que nunca…

Día 9, Culpables

La mañana llega con el cielo de color blanco debido a la calima y la portada de los principales diarios de la ciudad pregonando la visión de Nevard sobre la inminente catástrofe en Cauldron Hill. Mientras los agentes disfrutan del café del mañana comentado con sus compañeros las consecuencias de la declaración el departamento de Contabilidad entrega el resultado del informe previo de los papeles de la embajada con una información trascendental.

 Una cuenta bancaria desde la cual se habían pagado las adquisiciones de fábricas luego objeto de robos que el jefe de seguridad Lebrix había investigado como una posible operación de contrabando. Una fabricas, adquiridas además, por personas sin ningún tipo de conocimientos empresariales, cuando directamente no son matones y delincuentes, algunos asociados de Lorcan Kell.

 Haciendo bueno uso de la máxima: “seguir el dinero” para resolver un crimen el agente Stasi y el agente Helmut se dirigen a la oficina del Real Banco de Risur (RBR) donde piden formalmente entrevistarse con el director el cual les informa educadamente que no puede facilitar los datos del titular de la cuenta si no es con una orden judicial. El agente Stasi acto seguido se dirige a la puerta del banco en la que empieza a informar a los ciudadanos que es posible que el RBR esté trabajando con delincuentes y que los fondos depositados pueden ser incautados por la autoridad en cualquier momento.  Así que a lo mejor el banco se queda sin dinero… 

El revuelo que se forma es considerable y el director del banco para evitar males mayores accede informar del titular de la cuenta si Stasi se calla y avisa que de sus superiores recibirán una queja formal. El titular de la cuenta resulta no ser otro que el mismísimo Reed McBannin.  Caras de sorpresa y de incredulidad en los agentes, pero no hay duda posible y ahora el extraño incidente bajando de Cauldron Hill y el mismo asalto sufrido en la cima  tiene una explicación mas sencilla.

En el cuartel del RHC y ante la gravedad de las implicaciones políticas del caso el inspector Delft medita sus opciones pero no ve otro camino que detener e investigar al alcalde. Ordena al RH3 que investiguen la mansión para buscar más pruebas y detengan a McBannin.  


Esta imagen no ocurre nunca en la aventura pero mola
Con el sol del verano todavía alto en el cielo los jardineros de McBannin arreglan el jardín de la mansión donde el alcade, vestido con un batín sale a recibir a los agentes de la ley y a desmentir su implicación en una conspiración. Les invita a registrar su propiedad donde no encontrarán “nada”, en ese instante uno de los temblores de tierra que han agitado Flint sacude la colina y un geiser de aceite de almas surge del suelo. McBannin sorprendido envía a su mayordomo el Sr. Creed “a la reserva del combustible” y acto seguido ataca a los agentes lanzando todo tipo de maldiciones arcanas pero finalmente muerte el polvo entre charcos de aceite necrótico.  Los temblores sin embargo no terminan y el aceite sigue fluyendo, hay que localizar el origen.  En un viejo cobertizo un anillo de hierro oxidado conduce a un sótano en el que un enorme motor propulsado por aceite de almas dota de energía al complejo.  Cuando llegan al fondo,  a una enorme piscina de aceite que parece a punto de desbordarse mientras las tubería crujen por la presión, el mayordomo Creed aparece empuñando una pistola de cromo. 

Cylian Creed AKA Sr. Porter
¡Es el agente Porter! Una criatura de sombras que afirma ser un leal defensor del reino y que impedirá que unos estúpidos agentes del RHC frustren sus planes.  Acompañado de dos jaguares corruptos acosa a disparos a los agentes mientras estos se desplazan sobre las inestables plataformas sobre el depósito del aceite.  Para empeorar la situación el agente Smithee transformado en un grotesco zombi de aceite brujo se une a la pelea. A pesar de que Helmut y Stasi casi son derribados al aceite, las valerosas intervenciones del Dr. Veker acaban por inclinar la balanza a favor de los agentes de la ley. Una vez reducidos los enemigos son capaces de detener el flujo de aceite y de vaciar la reserva.

Cuando el equipo regresa a la superficie se encuentran con que la jefa de la oficina del RHC de Flint, Lady Margaret Saxby, acompañada de un nutrido grupo de agentes y de un compungido Stover Delft están desplegándose sobre los terrenos de la mansión. Ha decidido tomar cartas en el asunto directamente y a ser la cara visible del RHC ante la prensa, mostrándose muy contrariada por que hasta el último momento se le ocultase una operación de tanta importancia. Enfadados los agentes son enviados de regreso a sus casas y citados en los juzgados de Flint en dos días donde podrán interrogar a McBannin antes de ponerlo a disposición Judicial.

El juicio, no obstante jamás llegará a celebrarse pues el primer día de la vista McBannin mientras está encerrado en su celda del juzgado pide un cigarrillo y tras fumarlo se golpea dos veces contra los barrotes de acero rompiéndose el cráneo y el cuello en el proceso. Siobei se apresura a intentar hablar con sus espíritu para descubrir que ya no  le es posible contactar con el…

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